Mujeres Que Quieren: Un tipo Bueno o Un Hdp? Piensen...

Esto es Un Mail que Me Pasó un Amigo y que me gustaría compartirlo con ustedes par que piensen... Desde que el hombre y la mujer fueron creados, está la eterna discusión entre amigos, sobre lo que quieren las mujeres de un hombre: ¿Un hijo de puta o un tipo bueno?. Los hombres decimos que prefieren a los hijos de puta y la mayoría de las mujeres dicen que quieren un buen tipo, y es ahí cuando empieza la discusión que nunca termina: ¿Qué carajo quieren las minas?. Como resultado: ¡QUIEREN LAS DOS COSAS!. Esto es así porque les gusta las cosas buenas de cada tipo de hombre. Primero y para entender la teoría del sufrimiento de las mujeres, vamos a definir, brevemente, a un tipo bueno y a un hijo de puta, con sus puntos fuertes y débiles con las mujeres. TIPO BUENO: A favor: comprensivo, fiel, buen compañero, atento, sabe escuchar, siempre trata de que la relación mejore para ambos, dice lo que siente, etc. En contra: dice cualquier boludez cuando está frente a la mujer que le gusta, es pesado, falto de confianza y de carácter, etc. HIJO DE PUTA: A favor: buena ropita, buenos juguetes, autito, plata, buenos contactos, buen/os trabajo/s, confiado, carácter fuerte, independiente, protector, etc. En contra: mujeriego, frío, calculador, agrandado, piensa sólo en él, machista, mentiroso, etc. Como se dijo antes, las mujeres no quieren ni un hijo de puta ni un buen tipo: quieren a los dos. El problema es que estos dos tipos de hombre están bien diferenciados y son incompatibles; es decir, no existe, en la naturaleza, un término medio entre ambos extremos. Ahora bien, vamos a ver por qué sufren las mujeres. Primero, vamos aplantear cuatro casos sobre la relación de estos dos especímenes de hombre y la mujer.
CASO 1:
Un tipo bueno se siente atraído por una mujer. El resultado es catastrófico -para el buen tipo-: se engancha con la mujer y, al menor indicio de amistad de parte de ella, el tipo bueno cree que hay onda. ¡Pero, en realidad, no hay un pedo de onda! Y es ahí cuando, ante la declaración del buen tipo, viene la clásica respuesta de la mujer: 'Te quiero... pero como amigo'.
CASO 2:
Una mujer se siente atraída por un tipo bueno ¡No jodamos! ¿Alguien conoce un caso como éste? En la historia de la Humanidad, no se conoce ni un caso así; ¡no hay forma!. La mujer siempre verá al buen tipo como amigo y sólo amigo.
CASO 3:
Un hijo de puta se interesa por una mujer. El resultado de este caso es similar al del caso 4, por lo que pasamos al caso 4, sin mayores explicaciones.
CASO 4:
Una mujer se siente atraída por un hijo de puta. Tanto para el caso 3 como para el 4, es muy probable que termine ocurriendo algo entre el hijo de puta y la mujer. Dependiendo de ella, podrá haber un noviazgo, un polvito, unos besos, ambos llegarán a ser amantes, amigos con derecho a roce, una combinación de algunos, todos los anteriores, etc.
Conclusión:
¿Por qué pasa esto? Porque a las mujeres les atraen los hijos de puta. El problema viene después, cuando la mujer empieza a padecer el lado negativo del hijo de puta : allí comienza a sentir la necesidad del buen tipo. Pero, cuando la mujer llega a este punto, no manda a la mierda al hijo de puta y se busca un buen tipo -como marca el sentido común- sino que comienza con algo conocido como 'autoengaño'. Éste es, simplemente, el engaño que una persona se hace a sí misma (cosa que nunca sirve). Frases típicas que se dicen a sí mismas las mujeres, en casos de autoengaño, son:
"¡Sé que me ama!"; "Estuvo con otra, pero estoy segura de que a mí me quiere más"; "Con la otra, sólo fue un polvo"; "Es medio culiadito, pero, en el fondo, es bueno y sé que va a cambiar";"¿Viste que cambió por mí?"; "Me prometió un montón de cosas lindas" (de nuevo);"Awww... es un dulce, me regaló un osito"; "Seguro que quiere volver porque me ama";"No me quiere sólo para coger, lo que pasa es que le gusto mucho y conmigo la pasa bien", Etc., etc., etc.
Pero la triste y cruda realidad es otra: el hijo de puta sólo quierea una mujer por la parte física, ya sea para exhibirla como un trofeo, sacarse las ganas de coger con ella o similares. Y no sólo esto: la mujer vive con la ilusión de que el hijo de puta va a cambiar porque la ama. La verdad es que no sólo no va a cambiar-porque no la ama- sino que no va a cambiar porque el hijo de puta ve cómo le da frutos ser hijo de puta. Quiere minas para coger y no sólo las tiene sino que... ¡ellas lo idolatran!. Por lo tanto, el hijo de puta no va a cambiar NUNCA (diría que, si cambia, va a ser para peor). Terminaría este mail como la mayoría de los de este tipo: pidiendo que se lo envíen a todas aquellas mujeres que sufren por amor.Pero... ¡es al pedo! La mujer difícilmente cambie su postura. En cambio, les recomiendo que envíen este mail a los millones de tipos buenos que todavía quedan dando vueltas por el mundo para que dejen de hacerse la pregunta mas común que nos hacemos los hombres, cuando una mina no nos da bola: "¿QUÉ CARAJO HICE MAL?".
..FIN..

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